Mika fue recogida de una vivienda por aviso de la Policía Local. Estaba desnutrida y deshidratada. Después de varias pruebas le detectaron leishmania.

Le ha costado mucho recuperar peso, pero ahora está preciosa. Le encanta correr, jugar y sobre todo comer paté y ponerse al sol. Es una perra muy cariñosa y obediente que no tiene problemas con nadie.